Mis locos años 20

  Hace exactamente un año y un mes que no abría este blog, hace más de un año que no me sentaba a escribir en la tranquilidad de mi yo, con mi soundtrack de películas romáticas, con el té, con tranquilidad. Recordé que siempre que escribía lo hacía desde la tristeza; escribir siempre ha sido mi vía de escape cuando me he sentido atrapada… o viajar, pero ya no estamos en edad para estar arrancando. Hoy sentí que necesitaba pasar tiempo conmigo y escribirme, por primera vez, desde la felicidad, no desde una pena, no desde la nostalgia, no desde el llanto, hoy me quiero escribir desde la alegría y el amor.

     Este año cumplo 30 años y la verdad es que ese fantasma de cambiar de folio me persigue desde hace un tiempo, son 30 años y ¿Qué he hecho con mi vida?.. no puedo quejarme, he explotado mis «veinti» como si supiera que a los 30 estalla una bomba del tiempo y desaparezco, he aprovechado cada minuto de mi vida sin construir nada material que me sirva en el futuro, pero un interior que por Dios que grande es. He recorrido más de quince países, he conocido gente de todo el mundo, me he enamorado un par de veces y otras me las he llorado pensado que realmente se podía morir de desamor (porque el amor es lindo, nadie sufre por amor, la gente sufre por desamor, que es muy diferente). He recorrido países completos, de norte a sur en Asia, aprendí a hablar otro idioma y he intentado aprender otro más, pero digamos que la flojera todo lo puede, he dormido en hoteles lujosos a decir basta y en unos que tenían ratones y tuve que salir arrancando en medio de la noche; me he vestido de gala y he ido a fiestas con Calvin Harris en Las Vegas, así como he tomado melón con vino con hippies en Pelluhue, he ido al caribe incontables veces, me he bañado en las playas de Hawaii y aún así sigo prefiriendo una botella de vino con mis amigas en un carpa el lago Colbún.

  He vivido un par de años afuera, he tenido novios extranjeros, me he rodeado de todo lo que he querido en esta vida, he visto como jalan cocaína delante de mi o como me han ofrecido gratis drogas de todo tipo y nunca he aceptado, dejen de decir que las malas juntas te llevan por malos caminos, muchas veces sí, pero las decisiones son siempre de uno y tu propia fuerza de voluntad. Besé al hombre más guapo que he conocido en mi vida en una hostal en Tailandia y otro en un avión desde Nueva Zelanda; tuve un novio gringo, uno Británico y uno Chileno (los juicios a los jueces, ya basta del tabú, lo he pasado chancho y no me quejo) nunca he besado a una mujer por muy loca que parezca, no sé si decir lamentable, pero lamentablemente me gustan mucho los hombres y ¿Qué? bien por los que han probado de todo. He fumado marihuana y por Dios que me he reído con sus efectos, he pasado sustos del terror y (perdón papás!) pero hasta me secuestraron en las Bahamas, fue una historia terrorífica y jamás contada, pero salimos bien gracias a la inteligencia de mi gran amiga Española y su mente maravillosa en situaciones así.

  He bailado reggaetón en Puerto Rico, he comido enchiladas en México, me he «enamorado» mil veces y he roto un par de corazones también; me casé y cancelé una boda dos meses antes y hasta con vestido comprado, pero nadie se muere de amor, él ahora tiene una hija hermosa y una esposa maravillosa, porque la vida pone a cada persona donde debe estar con las personas correctas, yo no era para ese cabro, ¿Qué sabía yo de la vida a los 24?.. Por mucho tiempo quise probar suerte e irme a vivir en algún país por ahí, estuve rastreando leones en África y bailando el waka-waka con Africanos en un bar, me saqué fotos con cheetas, leones, monos, papagayos, etc. y dentro de todo eso, descubrí que mi animal favorito es el elefante, detengámonos aquí, ¿Se han dado cuenta la maravilla que es un elefante? fuertes como ninguno, grandes, hermosos, inteligentes, humildes y serviciales, cariñosos y cercanos, si tan solo supieran el poder que tienen, aplastarían a todo aquél que les quisiera hacer daño, pero no lo saben y eso los hace ser seres hermosos y yo los amo con todo mi corazón.

   Trabajé en un safari en Sudáfrica, hice buceo en Hawaii, me enamoré en un avión, casi morí en las Bahamas, me emborraché a tequilazos y piñas coladas en México, me caí afuera de una discoteque en Puerto Rico, no me bañé en una semana en Bolivia, caminé 48 kilómetros en Colombia, viajé con novio enamorada hasta los huesos y terminamos un mes después (nada es para siempre), arranqué de una hostal porque me perseguían ratones en Bali, me estafaron en las Vegas y terminé a un metro de Calvin Harris, probé el Hachís con un Suizo en Asia, hice el amor en la playa, me asaltaron con cuchillo en Bogotá, recorrí Nueva York en tres días, fui a Disney y no vi a Mickey Mouse, tuve un novio maravilloso pero la vida y el destino tiene otras cosas preparadas para ti (sé paciente, de todo corazón, sé paciente). Mis mejores amigos los he conocido viajando, mis amigas Españolas han vivido sus «veinti» junto conmigo, he visto como se todas hemos crecido poco a poco y he vivido todas sus penas amorosas a la distancia; crucé el Golden Gate en San Francisco y me dio flojera cruzar el puente de Brooklyn en Nueva York; recorrí Miami en bicicleta, viví sola en un departamento en Estados Unidos y otra vez con siete amigos en Santiago, le llamaban «la casa mágica» ya se imaginarán ustedes el por qué, qué recuerdos más lindos ahí. Quedé en un reality a los 18 y lo dejé por estudiar (una decisión muy sabia, hasta el día de hoy no me arrepiento) y así… es que ¿Cuantas cosas les podría contar yo? si es sólo por nombrar algunas, no expongo mi vida completa al contarle algunas de estas anécdotas, son historias que les contaría sentada tomando una copita de vino para reirnos un rato.

   Este año cumplo 30 años y de todo corazón, puedo sentarme y mirar hacia atrás sin arrepentirme de absolutamente de nada, sin que me «falte por vivir» sin espacios de vida vacíos, he estudiado, he viajado, he vivido donde he querido, me he enamorado, he sufrido, he vivido a concho. Hoy miro la vida de otra forma, ya vengo de vuelta, ya me cansé de vivir de maletas y de esperar a que alguien quiera lo mismo que yo, hoy yo misma si quiero la luna me la bajo solita y si alguien se quiere sumar, que sume, todo lo que quiera, pero que no reste ni un poquito.       Regresé a casa mis 29 años sin tener donde caerme muerta! un poco de plata ahorrada, la casa de mis padres, soltera, sin trabajo y con la cara llena de risa, he empezado de cero muchas veces en mi vida y no le tengo miedo a ningún tipo de cambio; en menos de una semana en Chile ya tenía trabajo y no sólo cualquier trabajo, sino el que yo quería en el lugar donde quería, cerca de mis padres lejos del ruido de la ciudad.

  Llega un punto en la vida donde uno ya tiene la película más clara, donde las luces de la discoteca ya no son llamativas y vivir con locura ya no es atractivo, llega un punto en la vida donde de la nada te llegan esas ganas locas de estabilidad, de tranquilidad, de dejar las maletas bajo la cama por un rato, de poder tomar té con tus papás los domingos, de ver a tus amigos del colegio más seguido, de dejar de escapar de tus problemas cambiándote de país o probar suerte en otro lado. Hoy quiero estar tranquila, quiero estar en el campo, cerca de mis papás, quiero una casa donde pueda ver cerros desde mi pieza y tomar café con leche en la terraza, que me ente el sol en la mañana y me despierten pajaritos, no el ruido de la ciudad. Yo sí quiero casarme, yo sí quiero tener hijos, yo sí quiero una familia donde mis hijos y los de mis primos sean como hermanos, hoy no me quiero hacer la «relajada» ni la «cool» que no quiero nada de esas cosas porque soy una mujer moderna, ¿Para qué? si es lo que quiero, que lo escuche el universo entero, yo sí quiero una vida como las de antes, me niego a pensar que un amor dependa de si te respondió un whatsapp o no, me niego a pensar que el amor se base en textos, yo quiero un amor como los de antes, con cartas, con flores, con amor, con cariño, yo quiero que me apapachen, que me canten canciones y que te abran la puerta del auto; no, no quiero ser princesa, sólo quiero un amor a la antigua, donde nada dependa de un mensaje, ¡Que vuelvan los lentos por el amor de Dios! Sé a ciencia cierta que muchas mujeres andan por ahí con el discurso que «no quieren nada serio» porque no quieren parecer locas ni presionar a nadie y ¿Qué es eso? ¿Qué es eso de ocultar el amor por miedo a que te rechacen? ¿Qué es eso de hacerse la relajada para que te quieran? yo no le tengo miedo a nada ya, yo me sentaré a esperar con toda mi calma y tranquilidad que el aire del campo y la vida familiar me traiga lo que abiertamente le pido al universo, así, sin presión, sin equivocarse, lentamente y cuando sea, allá ustedes con no decir te quieros por miedo a que los dejen, allá ustedes a esperar que le respondan un whatsapp, allá ustedes con buscar el amor bailando reggaetón y negar sus ganas de amor por no mostrase interesadas, qué vacío, que aburrido, que triste.

   Hoy estoy contenta, estoy feliz, me siento tranquila, he vivido unos «vintisiempre» que llevaré por siempre guardado en lo más profundo de mi corazón, para mi si han sido «los locos años 20» y estoy con el corazón y mi cuerpo tranquilo, disfrutando las personas hermosas que le vida me va mandando, agradeciendo aquellos que aparecen para puro hacerle cosquillitas a mi alma y hacerme sonreir y agradezco mucho más aquello que no ha encajado, la otra vez lo dije, que también hay que saber agradecer aquello que no fue, porque dio paso a lo que tienes hoy. Despertar cada mañana con mis padres vivos, mirar por la ventana y ver naturaleza, un vaso de vino con mi padre; uno, dos y cien té después de once con mi mamá, llamar a mis primos y fumarnos un cigarro, abrazar a mis amigas, acordarnos de la juventud… y tú, tu sonrisa, darte besos y tu olor. Qué bonita y simple que es la vida así!

   Aún me queda un año de «veintis» pero sin duda será (o está siendo) uno para ordenarme, para establecerme un poquito más, para aprovechar a mi gente y seguir viviendo la vida, con un poquito más de freno, con un poquito más de conciencia, agradeciendo lo que fue, lo que es y lo que vendrá.

poulette